jueves, 17 de diciembre de 2009

Mi película

Tengo que agradecer a todos aquellos trabajos artísticos, matemáticos, psicológicos que hacen posible que mi corazón se revuelva.

Fellini es un mago; su piedra preciosa Giulietta Degli spiriti me produjo horror, pasión y trabajó mi memoria de manera desorbitante hace unos años. Con esa película comprendí que el terror que ha hecho el cine es insuficiente y que la sensación de miedo se activa con elementos de fantasía, de imágenes oníricas, con risas, con hipocresía, con elegancia, con fiestas. La soledad que se instaura en la mente de aquella esposa desdichada y 'cachoneada', es aun más fuerte cuando pretende ser acompañada de sus amigos espiritistas que la aconsejan. Ella se peridió en amistades de la fantasía y al final, después de una horrenda cantidad de visiones en su casa donde sus amigos la acechan, logra enfrentar sus miedos y se encuentra a sí misma slavandose de los espíritus y el anciano la felicita y se va. Ancianos, ancianas, niños, sombreros. Sonidos de silencio, de sueños, de pesadillas. Súmenle fuera de eso, los colores de la mafia italiana que caracteriza todas las cintas de este director.

Que ¿por qué es un mago? eso se preguntarán los que no se encuentran conformes con mis argumentos. Pero tendría que ser una Borges para plasmar con éxito la dicha de todo lo que conquista a mis ojos y se entierra en mi corazón.
Amando las imágenes, los sonidos....Son como una puertecita negra, la cual tiene la responsabilidad de hacer valer nuestro tickete de vida...solo que algunos se dejan estafar.

Buenos días

Hay problemas, debido a la insuficiencia del cerebro de recordar datos importantes de la vida real, de la cotidianidad. "¿Cómo se llama el presidente de Iran?", y yo, me arrodillo ante mi cerebro para que recuerde, le suplico que sea un buen chico y cierro los ojos con angustia. ¿Será el alcohol?, ¿qué será?. Sonreí y dije, "no recuerdo". Ahora bien, la academia exige estar alerta, saber, ser pertinente, objetivo, contundente.   Mi vida: vasos rebosantes de alcohol, entre películas serie B, entre papas de Mc Donalds, entre tus ojos que cambian de color con el mar y cuando lloras. Todo lo que sabe bien ha llegado a mi vida, los mejores invitados, las mejores experiencias, secretos del alma que sólo los sabe mi mejor amigo. Pero la academia es el preludio de la adultez, de caminar solo. La mano de mi mamá se agarra de la mía tan solo con la yema de los dedos. Hoy temblé, hoy tenía los pies adoloridos por el calzado oportuno para una entrevista. Hoy no quise que el sol me acariciara, pero el insistió y me acarició como el mejor de los amantes. Silencioso, insaciable. ( ¿Algo así como Mahamud?), la adolescencia ha consumido mis neuronas, el tren ya viene por mi. Algo me espera pero quiero que todos ellos se queden. La academia tendrá que ser el rancho a la orilla del mar.