domingo, 15 de febrero de 2015

El vapor que sale de la taza roja de café



Me acuerdo cuando no sabía dónde estaba, si aquí o allá, lo cierto es que cuando alguien ocupa mis pensamientos es un robo y un robo merecido, porque es como el que se deja hacer charla amistosa de un sujeto sospechoso en la calle y de repente ya no hay nada, ni billetera, ni celular . Los ladrillos que uno pega sobre la nada, sobre ideas platónicas son sólidos porque se mantienen por esos robos. 

Soy  atrevida e irresponsable...Me pongo una venda en los ojos. Para revelarse hay que adaptarse a la realidad, incluso, más que  la gente que es feliz trabajando diez horas diarias para pagar un arriendo, ir a cine y a Sopó a comer fresas con  crema los fines de semana. Los amores o más específicamente, el amor que se forma mayoritariamente a partir de la imaginación deja vacíos inexplicables. El psiquiatra le da a uno Prozac, la Organización Mundial de la Salud es la responsable y la única que tiene el aval de meterle mano a nuestro cuerpo.. Lo curioso es que se olvidan que bastantes cosas nos diferencian de una rata de laboratorio con la que fabrican sus drogas legales. 


Hay algo hermoso de todo esto y es cuando siento que puedo domesticar mis órganos. Eso pasó con mi hígado, en cierto modo sentía que había una conexión con el y mi mente.  Una vez alguien me dijo "por qué en algunas droguerías venden cerveza?" es una pregunta inocente pero no deja de ser tonta, es simplemente una droga más y la más sorprendente de todas. 


¿Qué pasa cuando hablan del tiempo y del futuro? Una amiga me mostró una frase: 'I believe love is always eternal. Even if eternity is only five minutes.' pero siempre miramos la eternidad como si fuera lineal e incalculable... Si fuera consciente de esa frase tendría el lujo de decir que he tenido muchas eternidades. Hay gente tan inconsciente y triste que no sabe cuál es la diferencia entre un recuerdo y una ilusión. Podría pensar que el problema no es de tiempo sino de figura; queremos la eternidad social con un mismo objeto de deseo
. En Capurganá viví una eternidad de media hora. El sol brillaba fuerte, cerveza barata y yo estuve en el mar durante muchos minutos, pero era consciente que me iba  a ir al otro día y que otros destinos me esperaban. Sin embargo esa consciencia de que me iba no intervino en el sentimiento de eternidad. Quizá la felicidad es muy corta y sucede algunas veces al año. Por favor, no dejarse engañar, no confundir felicidad con tranquilidad y bienestar.