jueves, 17 de diciembre de 2009

Buenos días

Hay problemas, debido a la insuficiencia del cerebro de recordar datos importantes de la vida real, de la cotidianidad. "¿Cómo se llama el presidente de Iran?", y yo, me arrodillo ante mi cerebro para que recuerde, le suplico que sea un buen chico y cierro los ojos con angustia. ¿Será el alcohol?, ¿qué será?. Sonreí y dije, "no recuerdo". Ahora bien, la academia exige estar alerta, saber, ser pertinente, objetivo, contundente.   Mi vida: vasos rebosantes de alcohol, entre películas serie B, entre papas de Mc Donalds, entre tus ojos que cambian de color con el mar y cuando lloras. Todo lo que sabe bien ha llegado a mi vida, los mejores invitados, las mejores experiencias, secretos del alma que sólo los sabe mi mejor amigo. Pero la academia es el preludio de la adultez, de caminar solo. La mano de mi mamá se agarra de la mía tan solo con la yema de los dedos. Hoy temblé, hoy tenía los pies adoloridos por el calzado oportuno para una entrevista. Hoy no quise que el sol me acariciara, pero el insistió y me acarició como el mejor de los amantes. Silencioso, insaciable. ( ¿Algo así como Mahamud?), la adolescencia ha consumido mis neuronas, el tren ya viene por mi. Algo me espera pero quiero que todos ellos se queden. La academia tendrá que ser el rancho a la orilla del mar.

1 comentario:

ana maria dijo...

los helado y las papas de Mc Donalds son algo q solo podre compartir con tanta intencida y pacion contigo y esos ojos son solo para ti nadie mas tiene ese placer.