lunes, 15 de marzo de 2010

Volví..



La reconciliación fue bonita....No guardó rencores al parecer. Bueno, aunque hay algo con lo que ya se resignó hace rato; el sabe que me duelen los brazos cada vez que intento poner en orden esas colchas. La luz tenue me abrazó...y un sin número de papeles me besaron y se abrieron a mi para que recordara el pasado con cariño. Hubo mucho polvo, esporas...hollín de aquel letal día en el que mi nombre quedó marcado para siempre en la lista negra de la familia. Una vez a salvo, de nuevo, en mis cuatro paredes, me encontré con mi alma gemela...mi soledad. Hablamos durante horas y la noche entrometida se escudriñaba hasta en mi ropa interior, escuchando cada idea, cada soplo de aliento.
 
Volví a amarlo porque me conoce, conoce mis porquerías, mis virtudes, mis tristezas, mis ansias, así haya cambiado de lugar y forma...Sí, el lo sabe todo y aquí estoy de vuelta a casa, con el y con ella. Volteo a mirar y esa caja de protectores diarios me mira...Me mira mi guitarra; equipo, somos un equipo ella y yo. Me miran libros...Me mira mi óleo de la mujer y el hombre. Me mira la mugre que baila con timidez en el aire, y que a pesar de mi ausencia seguía bailando...Me mira Jack Nickelson evocando su escena en la que asomaba su cara por el hueco de la puerta que rompió con el hacha.
 
Ahora resta inmortalizar algunas botellas de cerveza frías y convocar a mis pensamientos a una fiesta donde enloqueceré y crearé dudas, certezas...lamentos.

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