domingo, 9 de mayo de 2010

Ejemplo lúdico...

Esa organeta se asemejaba a lo que pasa en éste país: un montón de efectos,de toda clase, para cualquier género musical y unos dedos que por lo general no captaban la gracia del asunto. Los efectos son las leyes, los dedos son el cumplimiento de éstas. Vi etonces como las leyes se 'oian' perfecto y cómo dominaban toda idealización de algo que podría ser dependiendo de nosotros. Cuando los dedos empezaron a tocar, comprendí que esas leyes en teoría eran perfectas pero que esos dedos, esas intenciones, esos caminos de las melodías eran desordenados, pseudoambiciosos, facilistas; sí, así como somos los colombianos...Los dedos pensaban que hacían bien su labor pero no se percataban de que hacian las cosas a medias para tan prometedores efectos musicales...En una guitarra o en una gaita, no se cómo sería el asunto...

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