A esta hora hay espíritus que se pasean por mi cuarto.... No
creo que vengan desde dentro mío, más bien creo que justo en el momento que los veo, se
interponen ante mi sonidos y visiones que sí vienen desde dentro mío y que
hacen que no les escuche la voz y ni los pueda divisar tal como son.
Pienso en los testigos de estas horas. Yo estoy de pie en la ceremonia, pero no se cuántos más estén participando. Me duele la cabeza y trato de dormirme viendo la minúscula luz roja del interruptor. Enciendo la luz porque prefiero imaginar de esa manera a los maestros porque se que a diferencia de los espíritus, ellos sólo toman forma desde el miedo a la luz del interruptor.
Lo que más me desespera, es que a esta hora no hay respuestas. Dicen que se necesita de calma y silencio para encontrar respuestas, pero no es cierto. ¿Cómo pueden haber respuestas en la hora que muchos tratan de terminar trabajos, o en la hora en la que el cerebro demanda actividad regenerativa?...Esta incertidumbre desemboca en la creación...Invento una respuesta porque mi cabeza es el único día hábil de esta madrugada en la que no debería estar gastando luz. Ellos están ahí y su maestro los hace esperar. ¿Qué les digo?..
Los espíritus cumplen con su deber o mejor dicho ven que la raíz dio un fruto...Saben que nadie sobrevive a la duda, al desespero y por eso inventamos. Así es, me consuelo inventando, sobrevalorando los mandatos del futuro a sabiendas que me he jactado de despreciarlo....Los maestros se irán a las 4:00 de la madrugada, pues el día es largo y hay que madrugar. Generalmente, cuando despierto con el ruido de la aspiradora, con los taladros de la obra vecina, no me percato de que el ritual de horas antes me hizo creer otra vez en ti o en tu idea...
Inconscientemente mientras duermo luego de que el sol se asoma, te estoy queriendo con risas y cansancio, con la rabia de la cotidianidad. Enferma de imaginarte, enferma de tu idea, de no poderte ver, ya lo dije, por los sonidos y visiones. Me encantaría vivirte como lo que eres...pero tan solo puedes ser lo que tus dedos me hicieron creer que eras.
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