Como tu. .. Tu existencia se reduce a unas vacías cuatro paredes, disque de una cocina donde no hay ni cuchillos ni tenedores para cortar bocados. Tu dormitorio está acompañado de tus defecaciones y una triste vasija de agua, casi siempre vacía. Ropa por el suelo, frío y desesperanza.
Las dos veces que te he traído a mi casa has sido realmente feliz. Mi mamá te consiente, sabe con exacta intuición a qué horas sentirás hambre y sed. Mi hermano juega con cada parte de tu cuerpo, dándole valor a tus ojos, tus grandes orejas, tus patas; y tu sin parar de mordisquear sus manos, agradeces su sincera compañía.
A la hora de dormirte conmigo, un silencio infantil se apoderaba de ti :me mirabas para vigilar mi sueño, como si hubiéramos hecho un pacto: tu solo te dormías si yo me dormía. Y caías fundida, respirando rápido como los perros chiquitos, Como tu. Había momentos en los que me despertaba con mucho cuidado para que tu no te despertaras. Prendía la luz y ahí estaba tu alma desnuda. No pude evitar sentir tristeza, pues sabia que era la última noche que pasarías en éste, tu hogar, para luego devolverte a ese frio lugar donde amas a los que no te aman.
Hago pausas mientras que escribo esto, porque no soy capaz de transformar a este idioma, la ternura y el amor que puedo sentir por un animalito; y entonces lloro porque no hay nada más que hacer al menos por ella. Nunca habías dormido en la paz de mi hogar, nunca habías tenido mis cobijas tapando tu cuerpecito. Porque en medio de el alcohol y el porro iba a la cocina y miraba por la ventana del patio y tu dormías enroscada para que el frio no te matara.
Un día alguien dijo a modo de chiste "un día la trabamos, jjaja que chimba", yo yo solo pude sentir asco a la raza humana. Un día vi como te empujaban y te botaban para que no estorbaras, y me convertí en un mounstruo por hacer respetar tu corazón.
Es el modo en que dos razas se juntan, en este caso para no interactuar por medio del espíritu sino por medio de represión y relegación. Tu , una perrita chiquita, bonita eres un cero a la izquierda en una jauría de humanos. Como tu, como tu hay perritos infinitos que desbordan amor en espíritus negros. Como yo, existen humanos que son capaces de de hacerle una poesía a tus orejas.
Esa tarde te devolvì. No jugueteabas, ni mordìas. Me miraste largo y profundo acostada en una de esas camas con mi permiso y me preguntaste: "¿por què?"
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