Uno de los cuentos que Gabo no logró construir fue el del
hombre que se perdía en los sueños. En una de sus columnas de El Espectador,
'El mar de mis cuentos perdidos', hace un resumen de la fascinante historia que
me hizo añorar que la hubiese logrado, y que si alguna vez se me da, me
gustaría soñar con el cuento culminado, preferiblemente sin tener la suerte del
personaje.
El hombre sueña que duerme en un cuarto igual a su cuarto de
la realidad. En ese segundo sueño el hombre sueña que duerme en otro cuarto
idéntico al de la realidad, es decir, un tercer sueño. El despertador suena en
la realidad y empieza a despertar, pero para lograrlo del todo debía hacerlo
del tercer sueño al segundo y así. Lo hizo tan cautelosamente que cuando despertó en
la realidad, el despertador ya había dejado de sonar.
El hombre no se convenció de que aquella era la realidad
porque su cuarto era una reproducción idéntica en todos. Atemorizado y dudoso se
durmió para volver al segundo sueño y buscar rastros de realidad. Todavía sin
convencerse se durmió en ese segundo sueño para buscar la realidad en el
tercero, en el cuarto, en el quinto y así sucesivamente el hombre empieza a
extraviarse. Con la angustia de querer despertar realmente, como una parálisis
de sueño, pienso, probó el recorrido de adelante hacia atrás pasando sin
percatarse por al lado de la realidad, durmiendo eternamente hasta finalmente despedirse
de ella.
¿En algún punto el hombre habrá recordado cuál era la
realidad y quiso regresar sin éxito? ¿esa posible realidad habría sido alguna
en la que reinó el ruido del despertador o por el contrario, el silencio? ¿Cómo
pretendía buscar la realidad en el lugar de los sueños? Puede que su búsqueda
angustiosa jamás haya encontrado certezas. En ese punto el encuentro con la
muerte es problemático y engañoso.
La realidad es transparentosa. A veces ni una persona obsesionada por no abandonar su cronograma y funcionalidad la puede ver, o posiblemente el escritor ubicó la realidad tan visiblemente que era
imposible que el personaje fuera consciente de ella. Un juego de perspectivas. Círculos en los sembrados.
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